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37. UPyD en Baleares. Una nueva UCD... ¿o un nuevo Frente Nacional?

Última Hora, 16 de diciembre de 2007

Hace pocos días se presentó en Palma el partido Unión Progreso y Democracia (UPyD). Sus principales responsables en las islas, Juan Luis Calbarro y Maria Fiol, informaron de que el partido de Rosa Díez y Fernando Savater ya cuenta con 40 afiliados en las islas, así como 4000 en toda España.

Sus principales líneas de pensamiento me dejan expectante ante su evolución y desarrollo. La juventud de esta formación hace que todavía no haya perfilado un carácter propio, y que aparentemente incida más en criticar la actual manera de hacer política (especialmente la del gobierno), que en vertebrar la suya propia. Puntos como proponer una reforma de la Constitución quitándole su carácter intocable y apostar por una educación pública y laica son puntos interesantes. También su apuesta por la renovación de nuestra democracia es esperanzadora. Es indiscutible la lejanía del discurso político actual respecto de los ciudadanos, con partidos presa de políticos profesionalizados mediante listas cerradas, y contenidos tan políticamente correctos como previsibles. El empobrecimiento de su dialéctica, la falta de ideas y la falta de personajes destacables son algo habitual.

No veo tan claro el proponer la reestructuración de la descentralización del estado de manera que todos los ciudadanos disfruten de los mismos derechos y libertades -según se desprende de las declaraciones de Juan Luis Calbarro-, sin diferencias entre autonomías. Este postulado es muy espinoso, ya que con él se ha hecho mucha demagogia y se ha utilizado como arma arrojadiza. El retorno de algunas competencias al Estado, como el tema fiscal o la educación, los veo innecesarios. Pero en conjunto, es muy interesante que el panorama político español pueda salir del bipartidismo estatal, con un nuevo protagonista que dinamice la situación. No es normal que los dos grandes partidos (especialmente el PP) aglutinen sectores sociales tan distintos por falta de opciones políticas que los representen, condenando a muchos electores a votar al menos malo, al antivoto, o la abstención.

El precedente de C's (Ciudadanos) se centraba únicamente en un tema: defender el castellano de una supuesta "persecución" en Cataluña. Esto limita su influencia en la sociedad y el debate interno: ya existen otros partidos monotemáticos (legalización del cannabis, antitaurino, antiabortista...), con la diferencia de que no han recibido un apoyo mediático y financiero suficiente, amén de que Ciudadanos trata un tema con el que es fácil hacer demagogia y populismo. En cambio, a primera vista el ideario de UPyD es más amplio que denunciar persecuciones de lenguas. Suficiente para estar a la expectativa y escuchar su manera de llevarlo a cabo.

La posibilidad de romper el actual y esclerótico bipartidismo que vivimos es motivo para que se le dé un margen. De momento se ha incorporado a sus filas gente procedente del PP y no sólo desencantados del PSOE, lo cual puede darle una base social mayormente centrada y moderada, y restar peso a sectores más radicales. Que se convierta en una renacida UCD (o CDS) o en un nuevo FN demagógico, sólo el tiempo lo dirá. Las ponderadas declaraciones en la presentación de UPyD en Baleares me hacen, al menos, esperar acontecimientos.